Industrias creativas: un diamante en bruto para el desarrollo económico

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publicado el 20 de Julio de 2017 en Caribbean Business

“Despacito”, la canción de Luis FonsiErika Ender y Daddy Yankee, es un fenómeno global que, amado por muchos y odiado por otros, demuestra el potencial del talento local y de las industrias creativas en la economía puertorriqueña e internacional. Pero, cómo traducir ese éxito en desarrollo económico a nivel local podría ser más complicado de lo que parece.

“La industria de la música es históricamente una de las industrias creativas más importantes y de mayor impacto económico a nivel global. En la mayoría de los países la están formalizando”, apuntó Javier Hernández, autor del libro Emprendimiento Creativo, una guía para los que apuestan a la cultura como un eje del desarrollo económico a través de las industrias creativas.

 

La música es solo uno de los renglones que compone la economía creativa, definida por el periodista y consultor político John Howkins como esa en que “las ideas son los principales aportes y los principales resultados”. Una economía en la que las ideas, la creatividad y la innovación se traducen en derechos de autor, propiedad de patentes y registro de marcas, de modo que puedan monetizarse.

Las industrias creativas en Puerto Rico

Fue en 2014 que en Puerto Rico se definió formalmente el sector de las industrias creativas con la Ley 173, la Ley para Fomentar las Industrias Creativas. Esta incluye las industrias de diseño, las artes, los medios (excepto radio y televisión) y los servicios creativos.

Pero Howkins, autor del libro “The Creative Economy: How People Make Money From Ideas”, también incluye la publicidad, la edición, la cinematografía, el vídeo, la televisión y la radio, los programas informáticos interactivos de ocio, la fotografía y los servicios informáticos. De igual forma, incluye sectores científicos no relacionados con las artes en las industrias creativas.

En 2012, esta industria, tal y como fue definida en la Ley 173, generó 18,987 empleos y $1.6 millones en ventas, según datos recopilados por el Instituto de Estadísticas. Al añadir otros sectores fuera de la ley, la cantidad de empleos se eleva a 69,457 y las ventas a $10,000 millones, lo cual representa el 5.7% de las ventas de todas las empresas privadas en Puerto Rico en 2012. Mientras, en Estados Unidos estas industrias representan el 4.2% del Producto Interno Bruto, lo que revela que el sector está valorado en $704,000 millones, según datos del US Bureau of Economic Analysis.

“La economía creativa tiene un rol sustancial en Puerto Rico y se proyecta que podría aumentar mucho más. En el estudio [del Instituto de Estadísticas] incluyen sectores que no están en la ley, y eso es importante porque quizá haya que enmendar en el futuro la Ley 173”, dijo a CB en Español el director ejecutivo de la Compañía de Comercio y Exportación (CCE), Ricardo Llerandi, encargado principal de potenciar las industrias creativas desde el Gobierno.

“La plataforma de las industrias creativas para poder impulsar a las pequeñas y medianas empresas (pymes) es cónsona con la política pública del gobernador Ricardo Rosselló de que tenemos que movernos a una economía basada en el valor añadido, la creatividad y la innovación”, declaró, por su parte, el secretario de Desarrollo Económico y Comercio, Manuel Laboy.

Principales retos del sector

Pese al interés reciente del Gobierno en potenciar este sector, las enmiendas a la Ley 173 son solo uno de los retos que enfrentan las industrias creativas. Otros de los mayores retos son las dificultades para definir las profesiones dentro de la industria, la falta de conocimiento y de identificación de los profesionales con el sector y el tamaño de muchas de las empresas que lo componen.

Y aunque hay un ecosistema iniciado alrededor de la industria, “todavía le falta”, consideró Sofía Stolberg, cofundadora de Puerto Rico Creative Economy Initiative, entidad sin fines de lucro que da apoyo a las industrias creativas y que fue fundamental en la creación de la ley.

Stolberg también es la cofundadora y directora ejecutiva de Piloto 151, el primer espacio de “coworking” o trabajo cooperativo en Puerto Rico, el cual ofrece un espacio de trabajo “flexible y asequible” para las startups o empresas emergentes y provee eventos de networking con empresarios. “Facilitamos el proceso creativo… y ayudamos con la parte administrativa [de las startups]”, explicó Stolberg.

El reto mayor que veo principalmente es uno de falta de conocimiento. Muchas personas todavía tienen la impresión de que las industrias creativas están limitadas a las artes y no ven el potencial más allá de eso”, declaró la empresaria, que se ha enfocado también en la tecnología dentro del sector.

Es por esto que resaltó industrias creativas como Codetrotters, la primera escuela de programación de Puerto Rico, que cuenta con el respaldo de Piloto 151. “Estando en el sector tecnológico, este es un segmento de las industrias creativas que tiene mucho potencial, pues comenzar una ‘startup’ en tecnología es más económico”, afirmó Stolberg, que considera que, en medio de la crisis económica, es el momento perfecto para potenciar el sector.

En términos del tamaño de las empresas, Hernández señaló que la dificultad que enfrenta el sector es que está compuesto de conglomerados o de “nano empresas”, es decir, empresas compuestas de una sola persona. De hecho, en la isla el 87% de las industrias tiene menos de 10 empleados, lo cual demuestra su vulnerabilidad, a juicio de Hernández, quien es director del Departamento de Administración de Empresas de la Universidad del Sagrado Corazón.

“En el mundo entero no hay esas medianas empresas [de este sector] sólidas, con infraestructura, con estabilidad. Así que se hace muy difícil que el pequeño creativo sobreviva porque es cuesta arriba”, afirmó Hernández, fundador de Inversión Cultural, entidad que ofrece servicios gerenciales, de contabilidad y mercadeo a las industrias creativas. También provee un programa de incubadora llamado Nido Cultural, enfocado en las artes.

Ante estas dificultades, Hernández recomendó “crear lazos de colaboración” en el sector, de modo que se vayan desarrollando medianas empresas fortalecidas que amplifiquen su impacto.

Iniciativas gubernamentales 

A través de $1 millón asignados a la CCE para potenciar este sector, el Gobierno mantiene cuatro iniciativas para desarrollar las industrias creativas. La primera es un Matchmaking Creativo, mediante el que se seleccionarán 15 industrias para brindar “servicios creativos” a 15 pymes cuyos productos tengan potencial de exportación.

El pasado 18 de julio abrieron una convocatoria para una segunda iniciativa llamada “Aceleradora Creativa”, la cual consiste en “identificar industrias creativas que tienen alto potencial de escalar o exportar” para competir por un “capital semilla” de $5,000 cada una y un premio final de $10,000 para la ganadora.

La tercera iniciativa es una “Incubadora Cultural” para impulsar industrias o empresas culturales, la cual estará a cargo del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP). La cuarta iniciativa, que se anunciará formalmente en agosto, estará relacionada al diseño de modas, anticipó Llerandi.

¿Qué le hace falta a Puerto Rico?

A juicio de Stolberg, al ecosistema creativo de Puerto Rico le falta un producto de impacto global que catapulte a la isla como un hub internacional de industrias creativas. Puso el ejemplo del lanzamiento de Skype en Estonia, “que cambió lo que es el panorama de desarrollo económico” en ese país y le ganó el nombre del Silicon Valley europeo.

Pero el exitoso servicio de videollamadas -lanzado en 2003 y adquirido por Microsoft en 2011 por $8,500 millones- no se desarrolló sobre la nada. Tras obtener su independencia de la Unión Soviética en 1991, la pequeña república báltica inició las bases de su Gobierno desde cero, enfocada en la tecnología como norte.

Aunque sufrió una gran crisis económica en los 1990, Estonia fue pionera al convertirse en el primer país en transformar las reuniones de gabinete ejecutivo en sesiones sin papel para utilizar bases de datos conectadas por la red en 2000. También fue el primer país en tener elecciones generales por internet, gestionar historiales médicos y conectar todos los centros educativos por la red e incluir la informática dentro del currículo educativo escolar.

Incluso se considera el país con la internet más libre del mundo, en la que los ciudadanos —además de poder obtener una “residencia electrónica”— pueden gestionar todos sus trámites por la red, gracias a un chip en su tarjeta de identificación.

Informe: Industrias Creativas en Puerto Rico 2017

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